Una visita obligada para los turistas que visitan la ciudad, pero también muy querida por los florentinos, Piazzale Michelangelo es el punto de observación más famoso del panorama de la ciudad. Para un efecto espectacular garantizado, o si tienes ganas de romance, ve allí al atardecer.
El Piazzale Michelangelo es uno de los puntos de vista más evocadores de Florencia, una terraza imperdible con vistas a la ciudad, que no deben perderse los visitantes, pero que también es muy popular entre los florentinos. Desde aquí se puede admirar Santa Croce, los Lungarni, el Ponte Vecchio, el Duomo con su cúpula, el Campanario de Giotto, el Palazzo Vecchio y más allá, las colinas que rodean Florencia.
La construcción de la plaza se remonta a 1869, como parte de la renovación urbana con motivo de la elección de Florencia como capital de Italia. En el diseño del arquitecto Giuseppe Poggi se convirtió en un monumento a Miguel Ángel y la logia de estilo neoclásico serviría como un museo en el que se reunirían todas las obras del gran artista. En realidad, esta idea fue pronto descartada y en 1876 la logia fue utilizada como restaurante y café panorámico, todavía en funcionamiento hoy en día.
En la plaza, dedicada a Miguel Ángel, destacan las copias en bronce de sus famosas obras: el David de Miguel Ángel y las cuatro alegorías de las Capillas Medicas de San Lorenzo, cuyos originales se conservan en la ciudad. Se puede llegar en autobús o a pie, a lo largo del Lungarno, o desde la Piazza Poggi, en el barrio de San Nicolás, subiendo las sugerentes Rampas del Poggi, un conjunto de escaleras, cuevas y fuentes.
