Alberobello, un paisaje de cuento

Alberobello (c) Nicole Kwiatkowski/ Shutterstock.com
Alberobello (c) Nicole Kwiatkowski/ Shutterstock.com
Alberobello, con sus características callejuelas y su centro histórico formado por miles de trullos de cal y piedra blanca, es uno de los pueblos más encantadores y emblemáticos de toda Apulia.

Alberobello, ciudad situada a 50 kilómetros de Bari, fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 por sus trulli, pequeñas viviendas circulares con tejados en forma de cono, construidas con paredes de piedra seca, sin mortero, y luego enlucidas con cal blanca. Las primeras construcciones similares se remontan a la prehistoria, cuando los tholos, típicos edificios abovedados utilizados para enterrar a los muertos, comenzaron a extenderse por el valle de Itria. Sin embargo, los primeros trulli reales, como la mayoría de los que se encuentran en Alberobello, datan del siglo XIV. Nacidas como viviendas de artesanos y agricultores, hoy la mayoría han sido restauradas y utilizadas como tiendas, talleres de artesania, alojamientos y restaurantes.

En Alberobello encontramos la mayor concentración urbana de trullos de la región: aquí barrios enteros están formados exclusivamente por estos encantadores edificios. El barrio de Monti cuenta con más de un millar de trulli, dispuestas en pintorescas calles de piedra que se ramifican en una pendiente. En esta zona se encuentran los llamados «trullos siameses«, con su original tejado bicónico, y la iglesia de Sant’Antonio, evidentemente en forma de trullo, con planta de cruz griega y una entrada monumental. El barrio de Aia Piccola, al sureste de la ciudad, es en cambio la zona más auténtica de Alberobello, formada por una red de callejuelas sinuosas y pequeñas plazas, que le dan el aspecto de un pequeño pueblo medieval, inalterado a lo largo del tiempo, donde hay unos 400 trulli. No se pierda la Casa Pezzolla, un complejo de varios trullos comunicados, que ahora alberga el interesante Museo del Territorio.

Entre los edificios que definitivamente merecen una visita hay el increíble Trullo Sovrano, el único ejemplo de trullo dúplex, con una majestuosa cúpula cónica de unos 14 metros de altura, que se alza en el centro de un grupo de doce conos. Situado en la parte norte de la ciudad, fue construido en varias ocasiones entre la primera mitad de 1600 y la primera mitad de 1700 y es el resultado de un proceso de incorporaciones y adiciones que lo convierten en el emblema más admirable de este tipo de arquitectura. Visitarlo, admirar los objetos que aquí se conservan, todos originales, subir la ingeniosa escalera de mampostería que conduce al piso superior, o refrescarse en el delicioso jardín, a la sombra de esencias mediterráneas como el madroño, el laurel, la lavanda, el romero, la salvia y el jazmín, es una inmersión en un pasado lejano y fascinante.