Recorrido por las heladerías de Roma

En Roma, el helado es algo serio. De hecho, hay muchos helados que ofrecen deliciosos helados para abrir el apetito. Vengan a seguirnos en nuestro tour para descubrir la mejor galeria de la ciudad.

Aunque es difícil precisar exactamente cuándo se inventó el helado, es bien sabido que este frío, cremoso y nutritivo manjar fue inventado en Italia y, para ser más precisos, en Florencia. Si en un tiempo se preparaba sólo con finas escamas de hielo, leche y fruta, el helado moderno obtenido mezclando leche, huevos y nata es en cambio un invento de Bernardo Buontalenti – del que todavía hoy toma su nombre un sabor especial de helado, la «Crema del Buontalenti».

Hoy el helado es una parte integral de la tradición gastronómica italiana. De hecho, Italia está llena de heladerías donde puedes comprar copas o conos de helado para comer mientras caminas. Para los italianos, el helado es tanto una sabrosa comida como un momento recreativo para compartir con los amigos. La expresión «ir a por un helado» es de hecho uno de los ejemplos más claros de momentos de convivencia. Roma, por su parte, cuenta con una muy rica selección de heladerías, perfectas para todos los gustos.

Nuestro recorrido por las heladerías de Roma comienza en San Crispino, no lejos del Panteón, famoso por sus helados de melocotón y fruta fresca. Hablando de helado de frutas, el Punto Gelato, cerca del Gueto Judío, es una visita obligada para los amantes de las fresas. Su helado se distingue por su aroma azucarado y su textura cremosa.

Los que tienen algo por los melones, por otro lado, deben tomar un descanso en la Gelateria dei Gracchi, cerca de Villa Borghese, donde esta suculenta fruta de verano se reelabora en creaciones irresistibles. Si, por otro lado, estás buscando algo un poco más ácido, opta por el helado de limón. Pruebe la variante propuesta por la Gelateria del Teatro, que se destaca por la cuidadosa elección de los ingredientes y utiliza sólo limones de la Costa Amalfitana.

Si te gusta el sabor agrio de los frutos rojos, una parada en la Gelateria Tony es imprescindible. Aquí las fresas silvestres, los arándanos, las frambuesas y las moras se mezclan para crear un helado totalmente natural y con poco azúcar. Termina tu tour gastronómico en la Gelateria Fassi: il Palazzo del Freddo para disfrutar de un helado gourmet adornado con cerezas o «sampietrini«, cuadrados de helado cubiertos de chocolate que recuerdan los adoquines de Roma.