Muchas realidades culturales tienen puntos de refresco, o librerías, o ambos, accesibles incluso sin billete. En el claustro del siglo XV del Palacio Carmagnola, donde se encuentra el Piccolo Teatro di Milano, el «Piccolo» Cafè & Restaurant ofrece desde el desayuno hasta después de la cena. Para los entusiastas, el “Caffè Triennale» y la «Terrazza Triennale» son las direcciones de culto que se unen a la Librería (diseñada por Patricia Urquiola), llena de volúmenes dedicados a la arquitectura, el diseño y el arte moderno y contemporáneo en la Triennale di Milano.
En Via Tortona, Mudec se destaca por la calidad de sus servicios, que incluyen un Bistrot y el restaurante estrella Enrico Bartolini al Mudec, así como una respetable Tienda de Diseño que flanquea las librerías temporales vinculadas a las exposiciones. En Gae Aulenti, Feltrinelli Red ofrece libros y refrescos con vistas a una de las más bellas plazas del nuevo Milán, mientras que una selección de brillantes y entretenidos objetos le espera en la tienda MUST del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología «Leonardo da Vinci».
Pero las direcciones más recientes son las relacionadas con la Pinacoteca de Brera, donde continúa la revolución del director James Bradburne: «Bottega Brera» – la librería con postales, guías, libros, pero también piezas únicas como la placa que Fornasetti (un antiguo alumno de la Academia) ha realizado especialmente en ediciones limitadas – y el nuevo Caffè Fernanda, el café dedicado a la gran directora Fernanda Wittgens, que resucitó el museo después de la guerra.
