Gracias a su variedad de paisajes, a sus características viviendas excavadas en la roca y a los paisajes incontaminados que la rodean, Matera es perfecta para ser descubierta en bicicleta, pedaleando sin prisas en la contemplación del panorama.
De norte a sur, pasando por las regiones del centro, Italia ofrece un sinfín de oportunidades para los amantes del ciclismo. Matera, por su parte, no es una excepción, ya que alberga una de las rutas ciclistas más populares del país: la ruta ciclista de Matera a los Dolomitas lucanos. Galardonada con una mención especial en el Óscar italiano del cicloturismo 2021 -uno de los premios más codiciados a nivel nacional-, la ruta serpentea durante 114 km desde el corazón de los Sassi de Matera (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO) hasta la cercana Apulia, bordeando el territorio único del Parque de la Murgia Materana.
Lo que hace que esta ruta sea especialmente apreciada por los ciclistas expertos y aficionados, además de las vistas panorámicas y los paisajes incontaminados, es sobre todo la baja densidad de tráfico, que la hace apta para ciclistas de todas las edades. Por no hablar del patrimonio histórico y cultural que se revela a los ojos durante el recorrido. Las suaves subidas se alternan con bosques de robles y hayas, cursos de agua, túneles excavados en la roca y afloramientos rocosos de las más variadas formas.
Saliendo del corazón de Matera y avanzando hacia el este, bordeará el lago de San Giuliano cuyo parque, un oasis protegido por el WWF, alberga una extraordinaria variedad de especies animales protegidas, como garzas, cigüeñas y otras aves que encuentran refugio y un hábitat favorable en su exuberante vegetación. Continuando con el pedaleo, a lo largo de un suave sube y baja por caminos pavimentados y semipavimentados, que se pueden recorrer tanto con bicicletas de trekking como con e-bikes, se llega al espléndido Parque Regional de Gallipoli Cognato de las Piccole Dolomiti Lucane, en el corazón de Basilicata. La zona del parque incluye las localidades de Accettura, Calciano, Castelmezzano, Oliveto Lucano y Pietrapertosa.
Desde aquí, una fascinante ruta circular -la ruta ciclista número 8– conecta el pueblo de Castelmezzano con la cercana Pietrapertosa en un recorrido a veces un poco más empinado, entre cañones, bosques y estalagmitas gigantes. Aunque todos los pueblos de los Dolomitas lucanos merecen una visita por su singularidad, si tiene poco tiempo (o energía) debería planificar necesariamente una escapada a Castelmezzano y Pietrapertosa. En la bella Pietrapertosa, antaño bajo dominio árabe, encaramada entre las paredes rocosas de los Dolomitas lucanos y la verde campiña, aún son visibles los restos de fortificaciones que datan del siglo IV a.C. Por otro lado, la pintoresca ubicación de Castelmezzano, cuyas coloridas casas están construidas al borde de afilados espolones rocosos, la convierten en un destino que no debe perderse. Una verdadera joya: llegar a la terraza panorámica le permitirá contemplar la naturaleza circundante desde una posición privilegiada.
Sin olvidar que la cocina lucana es una de las más apreciadas de Italia, gracias a la riqueza y variedad de sus sabores que van desde platos sencillos transmitidos por la cultura campesina hasta carnes, quesos y especialidades a base de los típicos peperoni cruschi (pimientos cruschi). A lo largo de su ruta hay muchos agroturismos, posadas y restaurantes donde podrá reponer fuerzas con un sabroso descanso.
